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Esto sucedió en un monte, una Mawiza, con abundantes árboles. Allí andaban muchas aves y animales alborotados, entre ellos la perdiz füzü. Estaban todos muy ansiosos, ya que en esos días tendrían un gran evento, un festival de canción de pájaros. La perdiz füzü era la más entusiasta, ella buscaba más aves para invitarlas a participar del festival y andaba cantando feliz: “Wii-pi-pi-pi-pi-pi”, “Wii-pi-pi-pi-pi-pi”, “Wii-pi-pi-pi-pi-pi”, “Wii-pi-pi-pi-pi-pi”.

El zorro gürü, que estaba escondido por ahí, pensaba: “Uhhh, que canta bien esta perdiz, van a tener un gran evento, a mí también me gustaría ir a cantar, pero no sé si a mí, como zorro, me dejarán entrar, voy a ir a preguntarle a esta perdiz”. El zorro buscó a la perdiz y le dijo: “Oye, perdiz füzü, ¿Tú me enseñarías a cantar?”

“Ohhh, es que tú tienes la boca muy grande, es muy difícil, creo que no vas a poder cantar como yo. Pero si te lo cosiera podrías, tendría que dejarla muy chiquitita, pero tendríamos que hacer un trueque.” - Dijo la perdiz.

- “Bueno, hagámoslo, yo tengo pan fresco que me robé de una casa”. Dijo el zorro gürü

“Ya”, dijo la perdiz, “ven mañana a esta hora y yo voy hacer el trabajo, pero que no se te olvide el pan, yo sé que los zorros son muy astutos”.

“¡Yaaaa!” - dijo el zorro, muy entusiasmado - “Genial, también podré ir a cantar al evento y quizás hasta gane yahuhhh!!”.

Así lo hicieron, mientras le cosía la boca al zorro, la perdiz le pedía probar el progreso: “A ver ahora, intenta cantar”.
El zorro decía: “Wuang Wuang”.

“Aún falta un poquito tienes que decir: Wii-pi-pi-pi-pi-pi”. Le dijo la perdiz.

El zorro nuevamente intentó cantar: “Wiiiipi – Wiiiipi“.

La perdiz dijo: “Aún te falta un poco más, te coseré a los dos lados... A ver intenta de nuevo.”

“Wii-pi-pi-pi-pi-pi”, “Wii-pi-pi-pi-pi-pi” - Con gran entonación, dijo el zorro.

“¡Ooooh! ¡Que cantas bien ahora!” - Dijo alegre la perdiz.

El zorro le entregó el pan. De este modo, el zorro comenzó a cantar igual que la perdiz por el monte.

Un día la perdiz se encontró con otra perdiz que le dijo: “Yo que pensé que eras tú la que andaba cantando”

”No, yo no” - Dijo la perdiz füzü.

“Entonces, ¿Quién más canta tan bonito igual que tú? - Dijo la otra perdiz.

“¡Ah, es el zorro a quien yo le enseñe a cantar, el me dio un pedazo de pan a cambio!” Dijo la perdiz füzü.

“¿¡¡El zorro!!?” Dijo sorprendida la perdiz.

“Sí, el zorro, le cosí la boca” - dijo la perdiz füzü.

“Hiciste muy mal en hacer eso, estoy segura de que en el festival se van a enojar contigo. ¿Cómo se te ocurre que el zorro también participe del festival? ¿Y que él esté entre nosotras? No permitiré que vayas y menos ese zorro. ¿Dónde se ha visto que una perdiz le enseñe a cantar a un zorro?” - Dijo la otra perdiz.

¿Qué voy hacer ahora? Complicada se cuestionó la perdiz füzü.

La otra perdiz le dijo: “Mira lo único que debes hacer es lo siguiente; anda al monte y te escondes detrás de una mata al ladito del caminito donde pasa el zorro, cuando pase cantando el zorro, tú sales volando y cantando “Wipipipipi”, así, el zorro se asustará y se descoserá su boca.

Así la perdiz decidida, fue asustar al zorro, se puso detrás de unas matas y justo cuando venía el zorro cantando feliz: “Wii-pi-pi-pi-pi-pi”, “Wii-pi-pi-pi-pi-pi”, ella vuela diciendo Wipipipi y el zorro dio un gran aullido: “Wuaang”, descosiendo toda su boca, lo cual le provocó un terrible dolor, su boca sangró, y el zorro corrió rápidamente a un estero a lavarse la boca y avergonzado, enojado por la traición de la perdiz: “¡¡Donde sea que me encuentre a esa perdiz, le sacaré todas las plumas y me la comeré!!” - murmuraba el zorro.

Mientras se lavaba su boca, alrededor había muchos pajaritos.

“¿Qué te pasó zorro que estás todo sangrando?” - Decían los pajaritos, mientras se reían.

Y él zorro respondió enojado: “¡Ah! Lo que pasa es que me acabo de comer un cordero con el Malle el león”.

“¿Un cordero? Jajajaja, que mentiroso, la perdiz te engañó, zorro, ya lo sabemos”. - Decían los pajaritos.

“Uhhhh, supieron todos, ¿Qué voy hacer?” - Afligido dijo el zorro - mientras corría muy sigiloso a otro lugar para que nadie lo viera.

Más tarde el zorro se encontró con su Malle, su tío, el león, quien le preguntó: “¿Por qué andas asustado, zorro?”

“No, para nada” - Dijo el zorro.

¿Por qué tienes sangrada la boca? - Dijo el león.

“Noo, por ahí unos trauke me convidaron carne” - Dijo el zorro mientras se iba.

“Zorro, Zorro, Zorro, espera, vamos a conversar un poco” - Dijo el león.

“No, no, estoy muy apurado, tengo cosas que hacer” - Dijo el zorro.

Es así como el zorro se fue a vivir a una cueva para que nadie lo vea, por tener mucha vergüenza, mientras que la perdiz, anda siempre escondida para que no la encuentre el zorro, esa es la razón por la que en los campos es tan difícil encontrar al zorro y la perdiz.

Los animales tienen cualidades de humanos, que es como las personas convivimos en la comunidad, el zorro tiene fama de ser astuto y mentiroso, por eso la perdiz no confía en él, mientras que la perdiz no supo corregir su error y le hizo un mal al zorro, por eso es que nunca deja de arrancar de él.

El zorro deseaba lo que no tenía y pasó por alto su naturaleza de zorro, por tanto, la vida terminó dándole una lección.

Epew perteneciente a la cultura Mapuche, relatado por Sra. Paula Painén, Tesoro Humano Vivo.